Sea agradecido a la vida - Por Adelina Bermúdez González y Ana Paula Oliveira

Todo en la vida tiene un propósito bien firme y nada sucede por acaso. Y como principio de todo, a la vida debemos estar agradecidos, y todos los días engrandecerla y perfeccionarla.

El ser humano vino al mundo para enfrentar luchas y salir de ellas victorioso. Es a través de la lucha por la vida honrada y honesta que la persona ennoblece su carácter y su compostura moral.

Todos los sufrimientos, disgustos o decepciones surgen, la mayoría de las veces, para la evolución espiritual, desde que no resulten del mal uso del libre albedrío. Y es a través de esa confrontación, sin dejarse abatir, enfrentando las amarguras de la vida, que él supera la propia vida, adquiriendo la fuerza y la confianza capaces de dirigirlo en un camino mas iluminado.

Si hay cosas pareciendo imposibles de ser vencidas, es porque el raciocinio todavía no despertó. Cuando la criatura tiene salud, trabaja con satisfacción, es feliz porque nada teme, sabe dar soluciones a todos los problemas.” María Thomazia 

Feliz de la persona que consigue entender que la fuerza mayor está en si misma, dentro de sí, como partícula de la Inteligencia Universal que es. No necesita mendigar, debe, si, esforzarse en luchar, porque el triunfo en la vida depende del empeño, coraje, persistencia y de la dedicación que el espíritu, que es luz e inteligencia, imprime en el propio cuerpo físico abasteciéndolo y cargándolo con la fuerza positiva. Esta fuerza positiva aumenta la intuición, que a través del pensamiento bien orientado, determina un camino seguro.

Jamás el ser podrá alcanzar la tranquilidad si no encamina sus pensamientos en el sentido del bien, pues solo así podrá recibir las intuiciones del Astral Superior.
El Universo conspira a nuestro favor cuando nos colocamos en esta posición, y de él retiramos mucha fuerza y sentido para enfrentar cualquier situación sufridora.

Cuando hablamos en vida y tenemos conciencia que ésta corresponde a un corto lapso de tiempo, en el medio terreno, recordamos también que somos un espíritu.

Somos un simple compuesto de Fuerza y Materia y en esta síntesis encontramos la explicación total de la vida y de la muerte.

La vida y la muerte: son dos melodías y entre ellas está el amor. El amor tiene el simple poder de abrazar estas dos melodías. Por eso es que tenemos miedo de amar y el encuentro del amor es difícil. El amor implica “sufrimiento” o la “propia muerte” en el sentido de renuncia, y como si estuviésemos a crucificar nuestra inferioridad de egoísmo, para apenas elevar y valorizar nuestra pura esencia.

Entender esta armonía que existe entre la vida y la muerte es dejar de tener presente el conflicto. Almas como la de Jesús fueron capaces de llegar hasta aquí, todavía como ser humano.

La vida es una melodía rica en compases y encantadora si fuere bien tocada. Todos los instrumentos usados deben estar en sintonía. Pero siendo nosotros a tocarlos exigen que nuestra conciencia este integrada y cristalina, y solo así es realmente una encantadora sinfonía.

La vida es un privilegio infinito y de gratitud inmensa. Es una celebración, un flujo constante de renovación y frescura. Sentir gratitud por la vida es satisfacer en nuestra alma el elevado y profundo sentido del todo, del pasado y del presente, sentir alegría por haber ultrapasado dificultades que hoy nos hacen sonreír, al recordar vivencias y experiencias que nos fortalecieron y nos hicieron crecer y evolucionar.

La vida exige responsabilidad y grandeza y es aquí que encontramos el real valor y el significado de toda transformación que la vida exige y también el motivo porque ni siempre la vida es tan bonita como deseamos. Saber comprender ese privilegio es vivir con la sabiduría que ella merece.

La vida física es una gran oportunidad al espíritu para evolucionar y debemos estar eternamente agradecidos por el don mayor que es la propia vida, y por la oportunidad de vivir. Es nuestro deber colorearla día a día, siempre alcanzando nuestro equilibrio.

Cada ser tiene la posibilidad de crear su propia existencia. Le fue concedido el atributo de libertad de expresión y de creatividad.

Los ingredientes esenciales le son ofrecidos para que pueda convertirlos en acciones positivas, tornándose, así, un creador en pleno derecho a participar del evento vida – Fuerza Creadora.

La vida solo tiene significado si conseguimos transformarla en amor puro, en una fragancia eterna e inmortal.

Sea agradecido a la vida
Por Adelina Bermúdez González y Ana Paula Oliveira
Fonte: A Gazeta do Racionalismo Cristão